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Mostrando las entradas de noviembre, 2006

Dos encuentros en un eje vial

1. Siempre te veo sobre la misma calle, caminando hacia de donde yo vengo; hoy debe haber sido la sexagesima vez que te veo. Tú me miras y con tu mirada me preguntas de de dónde vengo y a dónde voy, yo oculto mi sonrisa, te veo con las mismas dudas y con ganas de decirte que cada mañana tu mirada me ha hechizado. 2. Cada vez que lo veo y platico con él, me da la idea de que es un obsesivo - compulsivo, demasiado estricto con su horarios y amante de la rutina; después de darme cuenta que lo encuentro diario en la misma esquina y a la misma hora, comencé a preocuparme.

Un Intro de Guitarra Por Todos Conocido

No puedo conocer el pasado

Y de repente se sentía seguro, por primera vez en su vida estaba contento con las cosas como estaban e incluso se atrevía a decir que era feliz. Por primera vez no tenía miedo a la realidad; de hecho, le agradaba y no tenía el sentimiento de soledad que toda su vida lo había acechado. Un día, mientras estaba recostado en la burbuja de su mundo feliz, comenzó a temer perderlo. No tenía ninguna razón para que eso pasará, tenía todo bajo control excepto una cosa: la realidad. No podía hacer nada contra ella y era lo único que amenazaba su felicidad. Decidió terminar con esa amenaza. Decidió que la única manera en la que podía hacerlo era eliminando lo que podía cambiar su realidad: las manos; hizó una lista de las personas que podrían cambiar una mínima parte de lo que lo mantenía feliz y compró un machete. La idea era simple, salir en las noches a cortarles las manos; de esa manera su felicidad estaría segura.