Justo cuando pensaba que tenía que hacer algo por el resto de mi vida para que fuera eterno, descubrí que todo es, a la vez, temporal y eterno. En ese momento decidí dejar de hacer las cosas cuyo tiempo se había agotado y dejarlas como un recuerdo para la eternidad. Ahora no tengo nada que hacer, pero tengo una sonrisa en mi cara. Esperando las nuevas cosas temporales que vendrán
Nada serio, todo real