Puedo recordar el momento en que te conocí, no así la primera vez que te vi, por alguna razón en una pista de baile decidí que estaba enamorado de ti y comencé un torpe cortejo que parecía más bien una plática egocéntrica. Tu mirada por otro lado, me hacía ver que aceptabas el hecho de que estuviera enamorándome de ti; aunque al mismo tiempo me hacía saber que no tenía la más absoluta razón para creerlo. Comencé a llamarte seguido e invitarte a fiestas, bares y bailes, confieso que tu risa me atrapo y tu manera frenetica de bailar me hizo pensar que existía cierta química entre nosotros y tu mirada me hacía notar que sabías que estaba enamorado; en esa época me dio por pensar mucho en ti y en relacionarte con canciones, muchas de ellas las he dejado así: relacionadas contigo. Después de una larga serie de salidas; simplemente dejamos de vernos cada que había razones para bailar, fue duro acostumbrarme a pasar algún fin de semana sin verte; pero ese tiempo nos permitió a los dos
Nada serio, todo real