La escuela no pasa en salones o en la oficina de tutoría, pasa en los intersticios, en los pasillo y en los tiempos muertos entre clase y clase; en los gritos de un lado a otro de un espacio en donde podemos escuchar al adolescente, su grupo y su realidad. Una plática corta en cualquiera de estos espacios es más valiosa que una hora de entrevista cara a cara.
Mi camino al igual que el de los adolescentes está en los intersticios. Tenemos diferentes crisis de identidad al mismo tiempo: los dos queremos encontrar un destino, el suyo no es ser alumno, el mio quizá no sea ser tutor.
Mi camino al igual que el de los adolescentes está en los intersticios. Tenemos diferentes crisis de identidad al mismo tiempo: los dos queremos encontrar un destino, el suyo no es ser alumno, el mio quizá no sea ser tutor.
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