¿Puede existir innovación sin diálogo? La interacción constante y el intercambio de ideas nuevas generan soluciones innovadoras. En el caso de la educación, a través del diálogo se encuentran prácticas educativas mejoradas. Sin embargo, el análisis del dialogismo como paradigma educativo nos lleva a plantearnos otra pregunta: ¿puede existir conocimiento sin diálogo?
En este texto se analiza el paradigma educativo dialógico a través de los textos de Fernández-Cárdenas, J. M. (2014) y Ching Chiang, L.-W. C., & Fernández-Cárdenas, J. M. (2020), quienes plantean que el dialogismo enfatiza que el conocimiento no se crea de manera aislada, sino a través de la interacción social y el intercambio de ideas. La principal característica del diálogo es el intercambio de ideas a través de la interacción social, con cuatro características necesarias: secuencialidad, posicionamiento, pluralidad e historicidad.
Sin embargo, el diálogo como herramienta de construcción del conocimiento no es algo nuevo ni exclusivo del proceso educativo. El dialogismo considera al aprendizaje como un proceso dinámico en el que las ideas evolucionan a través de la interacción con otros. El dialógo como método de conocimiento y descubrimiento ha sido usado a lo largo de la historia, este texto menciona algunos ejemplos que han funcionado como base histórica para el dialogísmo.
Sócrates utilizó el diálogo como su principal método de enseñanza para estimular el pensamiento crítico. A través de su técnica conocida como mayéutica, hacía preguntas que ayudaban a sus interlocutores a descubrir verdades por sí mismos, promoviendo un aprendizaje activo y reflexivo. La relevancia de este ejercicio consiste en enfrentar a los aprendices con ideas contradictorias a su marco de realidad para después integrar estos descubrimientos a sus creencias previas, un proceso que Piaget, siglos más tarde, llamaría asimilación y acomodación.
Hans-Georg Gadamer desarrolló la hermenéutica filosófica en su obra "Verdad y Método", donde postulaba que la comprensión se alcanza mediante el diálogo. Gadamer introdujo el concepto de "fusión de horizontes" para describir cómo se integran las perspectivas del intérprete y el interlocutor en un proceso dinámico de interpretación. Este enfoque destaca el diálogo como un medio esencial para el entendimiento.
Lev Vygotsky introdujo el concepto de la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP), que se refiere a la distancia entre lo que un aprendiz puede hacer sin ayuda y lo que puede lograr con la guía de un interlocutor más competente. Según Vygotsky, el diálogo y la interacción social son fundamentales para el aprendizaje cognitivo, ya que el conocimiento se construye a través de la colaboración y la comunicación.
Carl Rogers desarrolló la terapia centrada en el cliente, un enfoque terapéutico que subraya la importancia del diálogo genuino y la relación empática entre el terapeuta y el cliente. Rogers creía que el aprendizaje personal y el crecimiento se facilitan mejor a través de un diálogo abierto y no directivo, donde el individuo se siente aceptado y comprendido sin juicio. La aplicación del enfoque rogeriano en la educación sugiere que la empatía y la comunicación auténtica son claves para facilitar el desarrollo personal y académico.
Jürgen Habermas sostiene que el diálogo y la comunicación racional son esenciales para el funcionamiento democrático y la construcción de consensos morales en la sociedad. En su enfoque, la comunicación ideal se basa en principios de entendimiento mutuo, igualdad y libre participación, donde todos los participantes tienen la oportunidad de expresar y justificar sus opiniones. Esto crea un espacio discursivo donde se pueden resolver conflictos y alcanzar acuerdos legítimos.
Considerando a estos autores el dialógismo es crucial para crear un entorno educativo inclusivo y equitativo. Integrar prácticas dialogísticas en la educación es fundamental para preparar a los estudiantes para enfrentar los desafíos del mundo moderno, promoviendo tanto el conocimiento profundo como la cohesión social.
El diálogo no solo fortalece la comprensión conceptual y las habilidades cognitivas, sino que también promueve un ambiente inclusivo donde todas las voces son escuchadas y valoradas. A través de la interacción dialogística, los estudiantes pueden co-construir conocimientos, desarrollar habilidades críticas y sociales, y mejorar su autoestima y motivación. Este enfoque transforma la dinámica educativa, creando un contexto más equitativo y enriquecedor que prepara mejor a los estudiantes para los desafíos del mundo.
Las perspectivas futuras para el estudio y la aplicación del dialogismo en la educación son amplias. Se podría investigar más a fondo cómo diferentes contextos culturales y sociales influyen en la efectividad del diálogo en el aula y cómo se pueden adaptar las prácticas dialogísticas a diversas realidades educativas. Además, se podría explorar el uso de tecnologías emergentes para facilitar y enriquecer el diálogo entre estudiantes y entre estudiantes y maestros. Otra dirección posible es desarrollar programas de formación para maestros que se centren en estrategias dialogísticas, equipándolos con herramientas para crear ambientes de aprendizaje más colaborativos e inclusivos.
Referencias
Ching Chiang, L.-W. C., & Fernández-Cárdenas, J. M. (2020). Analysing dialogue in STEM classrooms in Ecuador: A dual Socioeconomic context in a high school. Journal of New Approaches in Educational Research, 9 (2), 194–215.
Fernández-Cárdenas, J. M. (2014). El dialogismo: Secuencialidad, posicionamiento, pluralidad e historicidad en el análisis de la práctica educativa. Sinéctica, 43, 183–203.
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