He olvidado las palabras que juré que nunca olvidaria. Y puedo recordar lo demás: a las personas que me las dijeron, las situaciones, el gesto; incluso puedo recordar la sensación física de los momentos en los que esas palabras iban acompañadas de un contacto físico.
Pero las palabras no estan en mi memoria, mi memoria está llena de las imagenes que no puedo tener en foto. Guardo ahí el interior de la Iglesia de San Juan Chamula, donde la fe pesa; La silueta de una chica en las olas de Puerto Vallarta, donde no pude meter la cámara al mar; el gesto apesadumbrado de un congestionamiento en Periférico; la sonrisa de alguien al pensar en una torta ahogada frente a la minerva.
Y cuando trato de recordar que me dijeron, puedo ver el movimiento de los labios, pero no puedo leerlos; entonces, me guío por el sentimiento que sube por mi estomago y me dice si era algo bueno o malo, si me odiaban o me querían. Entonces decido huir, me da miedo mi mala memoria y mi mala interpretación; Nunca supe diferenciar lo visualmente bello, de lo existencialmente significativo.
Pero las palabras no estan en mi memoria, mi memoria está llena de las imagenes que no puedo tener en foto. Guardo ahí el interior de la Iglesia de San Juan Chamula, donde la fe pesa; La silueta de una chica en las olas de Puerto Vallarta, donde no pude meter la cámara al mar; el gesto apesadumbrado de un congestionamiento en Periférico; la sonrisa de alguien al pensar en una torta ahogada frente a la minerva.
Y cuando trato de recordar que me dijeron, puedo ver el movimiento de los labios, pero no puedo leerlos; entonces, me guío por el sentimiento que sube por mi estomago y me dice si era algo bueno o malo, si me odiaban o me querían. Entonces decido huir, me da miedo mi mala memoria y mi mala interpretación; Nunca supe diferenciar lo visualmente bello, de lo existencialmente significativo.
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