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Mostrando las entradas de 2020

Si acaso, la luna

Olvidar lo que te paso no es excusa de lo que te pasa El miedo a crecer que te consume ha estado tanto contigo  Que has crecido con él. El Niño que temía habla El adolescente que temía triunfar El joven que temía ligar El adulto que teme madurar Eres todos ellos Nadie más  Eres tú Eres lo que ocultas

Sin distancia para correr

  Podrías dejar de pensar que lo que haces esta mal Si crees que nada podrá cambiar. Como cuando oyes una canción Que siempre cantas,  Pero nunca te dice nada.

Incinerate

La escuela no pasa en salones o en la oficina de tutoría, pasa en los intersticios, en los pasillo y en los tiempos muertos entre clase y clase; en los gritos de un lado a otro de un espacio en donde podemos escuchar al adolescente, su grupo y su realidad. Una plática corta en cualquiera de estos espacios es más valiosa que una hora de entrevista cara a cara. Mi camino al igual que el de los adolescentes está en los intersticios. Tenemos diferentes crisis de identidad al mismo tiempo: los dos queremos encontrar un destino, el suyo no es ser alumno, el mio quizá no sea ser tutor. 
No recuerdo bien el año, pero si uno los puntos parece ser que hablo de 1996.  Durante un gran periodo de ese año no salí de casa en una especie de cuarentena motivada por una depresión que no sabía que tenía y por mi descubrimiento de Geocities que me daba la oportunidad de pasármela escribiendo. Ese tiempo que pasé encerrado lo ocupé en escribir un poemario llamado el Vacío de la Juventud, buscando ser un homenaje a los Smashing Pumpkins pero que en realidad era un descarado plagio. El poemario era una opera rock para alguien que no tiene banda, así que en muchas partes había y se leían coros o dobles voces. En partes descaradamente copiaba a Tommy, Marillion, Pink Floyd, etc. Extrañanmente el poemario ganó un premio y el dinero lo gasté en discos.  Hoy, no se cuanto año después me descubro escribiendo un poemario de nuevo, no se si con depresión pero si con encierro y al igual que el interior son poemas que quieren ser canciones. Es una compilación de sencillos de

Probado y cierto.

Todo cambiará cuando podamos salir de casa.  Una de las cosas que debemos replantear es el papel de las aulas en la educación. Las escuelas se han dado cuenta de que el modelo de clases  es completamente arcaico y que es posible desarrollar estrategias de aprendizaje para estudiantes que no quieren estar en un aula o en un grupo. Las instituciones educativas deben ofrecer experiencias sociales y de amistad, construyendo contenidos educativos que le den sentido a cada una de estas experiencias. Sin aulas obligatorias ni grupos establecidos, generando aprendizaje individualizado enfocado a objetivos de vida. El futuro deja de tener sentido cuando se percibe la fragilidad; estudiar para vivir en un futuro incierto no tiene sentido. Es necesario educar para el presente.

LLuvia sobre latas

Hay un proceso natural llamado Mildlife Crisis, en el que dudarás de cada una de las decisiones que has tomado. Probablemente compres un nuevo carro o busques un amante más joven, Todo depende de que tan satisfecho estés con tu vida actual. Tener mildlife crisis en tiempos de pandemia demuestran lo que todos sabemos, Timing is a bitch but timing is the key to succeed.  Al salir de casa podrás hacer lo que quieras sabiendo que estuviste en crisis mientras el mundo también lo estaba y esperarás que, como en Yesterday nadie recuerde las películas de los Beatles y puedas hacerte famoso grabándolas. O bien, puedes simplemente empezar de nuevo en aquello que siempre quisiste ser.  Sin embargo, nunca olvides esa canción de los Flaming Lips que ahora tiene todo el significado del mundo al decir “¿ Te das cuenta de que todos los que amas algún día morirán? Pero en lugar de decir todas tus despedidas hazles saber que te das cuenta que la vida es rápida y que es difícil que las cosas buen

Razones para quedarse callado

Nadie sabe lo que tiene hasta que tiene que salir a buscarlo en medio de una pandemia. Con miedo a tocar las cosas y con las manos heridas de tanto gel y alcohol. No sabíamos que necesitábamos este espacio personal, poder pensar en lo que somos y en lo que queremos lograr. No sabíamos que necesitábamos estar solos y dejar que el mundo se acabara. No sabíamos que éramos capaces de extrañar tanto a quienes amamos y que las pantallas se convertirían en los nuevos abrazos. Hoy redescubrimos nuestros espacios y notamos que estábamos desconectados. Queremos cambiar, pero no sabemos como hacerlo. No sabemos si el mundo sigue afuera de nuestras casas, si ha terminado o si hay zombies caminando en las calles. Una pandemia vino a demostrar que las aulas son obsoletas y que los profesores son acompañantes. Que tu lugar de trabajo no es esencial y que los medios nos mintieron, disfrutar no es salir. Ahora no sabemos cómo se arreglará el mundo, pero sabemos que no seremos los mismos. Que todo