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Borrado

Adriana dibujó un corazón Que no tenía nombre ni razón El amor no necesita objeto El amor no necesita motivos.  Todo lo que Adriana necesita es amor No como el de los Beatles Ni como el de ninguna canción.  Su amor es más grande que cualquier sueño, que cualquier vida Su amor es más pequeño que lo que piensa.  Y aún así, Adriana busca mostrar el corazón que dibujó Espera que al verlo alguien lo reclame como suyo Y la rescate de estar, parada, frente a una cámara Mostrando un corazón ante un público que la ignora. 
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Casi llegando a casa

Adrián tiene miedo de que la gente lo vea no quiere que sepan que no se gusta eso le conflictúa y eso le asusta. Sueña con ojos que lo ven que sin paz lo juzgan que sin amor le roban besos que el no puede pedir que él no quiere olvidar. 

Si acaso, la luna

Olvidar lo que te paso no es excusa de lo que te pasa El miedo a crecer que te consume ha estado tanto contigo  Que has crecido con él. El Niño que temía habla El adolescente que temía triunfar El joven que temía ligar El adulto que teme madurar Eres todos ellos Nadie más  Eres tú Eres lo que ocultas

Sin distancia para correr

  Podrías dejar de pensar que lo que haces esta mal Si crees que nada podrá cambiar. Como cuando oyes una canción Que siempre cantas,  Pero nunca te dice nada.

Incinerate

La escuela no pasa en salones o en la oficina de tutoría, pasa en los intersticios, en los pasillo y en los tiempos muertos entre clase y clase; en los gritos de un lado a otro de un espacio en donde podemos escuchar al adolescente, su grupo y su realidad. Una plática corta en cualquiera de estos espacios es más valiosa que una hora de entrevista cara a cara. Mi camino al igual que el de los adolescentes está en los intersticios. Tenemos diferentes crisis de identidad al mismo tiempo: los dos queremos encontrar un destino, el suyo no es ser alumno, el mio quizá no sea ser tutor. 
No recuerdo bien el año, pero si uno los puntos parece ser que hablo de 1996.  Durante un gran periodo de ese año no salí de casa en una especie de cuarentena motivada por una depresión que no sabía que tenía y por mi descubrimiento de Geocities que me daba la oportunidad de pasármela escribiendo. Ese tiempo que pasé encerrado lo ocupé en escribir un poemario llamado el Vacío de la Juventud, buscando ser un homenaje a los Smashing Pumpkins pero que en realidad era un descarado plagio. El poemario era una opera rock para alguien que no tiene banda, así que en muchas partes había y se leían coros o dobles voces. En partes descaradamente copiaba a Tommy, Marillion, Pink Floyd, etc. Extrañanmente el poemario ganó un premio y el dinero lo gasté en discos.  Hoy, no se cuanto año después me descubro escribiendo un poemario de nuevo, no se si con depresión pero si con encierro y al igual que el interior son poemas que quieren ser canciones. Es una compilación de sencillos de

Probado y cierto.

Todo cambiará cuando podamos salir de casa.  Una de las cosas que debemos replantear es el papel de las aulas en la educación. Las escuelas se han dado cuenta de que el modelo de clases  es completamente arcaico y que es posible desarrollar estrategias de aprendizaje para estudiantes que no quieren estar en un aula o en un grupo. Las instituciones educativas deben ofrecer experiencias sociales y de amistad, construyendo contenidos educativos que le den sentido a cada una de estas experiencias. Sin aulas obligatorias ni grupos establecidos, generando aprendizaje individualizado enfocado a objetivos de vida. El futuro deja de tener sentido cuando se percibe la fragilidad; estudiar para vivir en un futuro incierto no tiene sentido. Es necesario educar para el presente.