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Mostrando las entradas de diciembre, 2016

De la vez que fui a ver a Leonard Cohen

Hice un viaje a Los Ángeles para despedirme de dos personas que siguieron vivas algunos años más: Leonard Cohen y mi abuelo. Tenía la esperanza de que ambos fueran inmortales, pero la realidad me hacía saber que no sería así. Tomé un avión para ir, primero con mi abuelo a ver un partido de los Dodgers y después a un concierto de Leonard Cohen. Cuando Leonard Cohen anunció su gira y vi que el lugar más cercano a México donde tocaría sería en Los Angeles decidí comprar boleto. El saber de esa gira me hizo pensar en la mortalidad, sabía que el señor no seguiría vivo mucho tiempo y que no podía morirme sin verlo, o mejor dicho que se muriera sin que lo viera. Ese pensamiento en la mortalidad me hizo pensar en mi abuelo, quien fallecería dos años después y algo pendiente que teníamos desde que yo era niño: ir a un partido de los Dodgers. Ahí platicamos de la vida durante 9 entradas, me contó de nuevo historias que podía oír sin cansancio y yo le platiqué las mías que podrían sor