Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas de 2010

Gobernar el universo

Siempre me reclamaste no existir al mismo tiempo que yo a pesar de que tenemos gustos marcadamente similares, de que estuvimos en los mismos lugares, en los mismos conciertos y con los mismos amigos. Sin encontrarnos nunca, o yo estaba en un lugar el viernes y tú estarías en ese lugar el sábado. Las pláticas nos llevaban a decir cuanto habíamos disfrutado haber estado en el mismo lugar en diferentes tiempos, o con diferente gente; y en esas conversaciones se nos dejaba asomar un dejo de nostalgia o un sentimiento de que podríamos haber gobernado al mundo; nos sentíamos como una novela beat en la cual tú ocupabas los capítulos pares y yo los nones. Y a años de distancia te diste cuenta de eso y comenzaste a interrogarme acerca de porqué nunca nos habíamos encontrado; fue cuando te diste cuenta de que eras mi amiga imaginaria, que no pudimos estar nunca en el mismo lugar, porqué necesitaba conocerlo para después imaginarte ahí y crear una historia de cómo te la habías pasado.

1839

Ella me dijo que su vida era muy difícil y por demás complicada; le dije que no lo era, que en realidad su vida era como un juego de tenis. Nunca supe que quisieron decir mis palabras, pero ella me beso en la mejilla y se fue feliz

Este es un viaje

Me gustaría encontrarme contigo en un lugar en donde no exista el presente, ni el tuyo ni el mio. En donde sepas que no soy nadie y en donde cada paso que demos sea hacía un infinito de posibilidades; quiero que rías conmigo cada vez que puedas y que sientas que no hay nada que temer. Me gustaría, en realidad, encontrarme contigo en un lugar donde no haya nada que temer.

Sueño

Me preguntó acerca de su desempeño sexual, "¿Alguna vez te he dicho que eres la mejor?; emocionada, respondió que no. No lo eres, conteste, sólo quería saber para no contradecirme

Caminata nocturna

Me dijeron alguna vez que cuando se quedaban asuntos pendientes en la tierra, la persona que moría se convertiría en un fantasma. Así que lo hice: decidí dar elementos para matarme y seguir aquí. Pero no puedo con ello, no puedo ser un fantasma, no puedo sólo verte pasar y saber que no me verás, que no me tocarás y que no sabrás de mi existencia ahí. No puedo ser un fantasma, pero es demasiado tarde, te hice disparar las balas.

El enano que se ríe de mí

¿Por qué nadie me dijo, cuando empecé a jugar con la pistola, que estaba cargada? Me la pasé disparando al aire, a las paredes al piso; haciendo ruidos con mi boca que simulaban un disparo e imaginando las balas rebotar. Ahora me entero que el sonido no salía de mi boca y que si estaba disparando, lo peor es que me entero que herí a la gente que estaba alrededor. Nadie me dijo que la pistola estaba cargada cuando disparaba a mi alrededor, nadie me dijo que la pistola estaba cargada cuando, jugando a la ruleta rusa, la apoyé en mi sien.

Nunca nadie desaparece

Un día no pudo salir de su cama, siempre se tardaba en abandonar las cobijas y comenzar la vida, pero ese día en particular le fue imposible; no pudo enfrentar ese mundo que le aplastaba cada vez más y le hacía caminar encorvado. Odiaba despertar enojado, maldiciendo el momento de ver la luz; detestaba no sentirse a gusto para salir. Era uno de los indicios de que algo estaba mal. Se sabía que estaba bien, o al menos que no estaba mal cuando tomaba fotos, era una manera de prolongar esos momentos, vistas o personas que le recordaban que valía la pena salir de la cama. Y tenía, además una frase: "guardaré en mi memoria todo lo que no puedo tener en foto". Se arrepentía de esos momentos que no podía fotografiar y los apuntaba cuidadosamente en una libreta o intentaba dibujarlos. Y ese día, que no pudo salir de su cama, se dio cuenta de que llevaba más de un mes que no tomaba una sola foto, así que debajo de sus cobijas se dio tiempo de ver varías de las fotos que tenía, junto

Luces Bajas

Escogiste un mal día para morir, el sol no es tan malo y el aire ha despejado el cielo; yo por mi parte estoy durmiendo enojando y despertando triste o quizá durmiendo triste y despertando enojado. Tus ojos se pierden en la carretera, no sabes en que momento giraras el volante y, a propósito, chocarás; sigues las líneas que has seguido mil veces, pero sabes que pronto desaparecerán. Yo podría matarte con mis palabras: estoy cansado y cada una de las cosas que me rodean pueden hacerme llorar, he perdido fuerza y cada vez me debilito más, veo tus ojos en las líneas y no sé si moriré también o si bajaré del auto. Escogiste un mal día para morir, estoy muy débil y esta vez, por primera ocasión, no podré hacer nada para evitarlo (de hecho soy yo quien necesita que lo salven).