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Mostrando las entradas de 2011

De sonrisas malinterpretadas y los Raveonnetes

Tu sonrisa hace que cada mañana sea especial; la manera en la que preguntaste por primera vez mi nombre y lo recordaste me hace regresar cada mañana a ese café sólo para sentir tu mirada mientras leo las noticias en mi teléfono. Y cada mañana, después de que me sonríes trato de saludarte; sin embargo siempre te percibo tan ocupada que creo inoportuno hacerlo; así que decido entregarte subrepticiamente una nota; escribo en una pequeña hoja una propuesta para salir a caminar y ver la gente pasar por Reforma mientras platicamos de nuestras respectivas vidas. Doblo la hoja, la dejo junto a mi taza y salgo del lugar. Tú como siempre, muestras interes en el desorden que dejo en la mesa y te acercas inmediatamente; me escondo tras la puerta para ver tu reacción al ver la nota; descubro tristemente que simplemente la tiras a la basura junto todo lo que está en la mesa y en ese momento mi cuerpo perdió toda su fuerza. Decidí quedarme un poco más, observando cómo atendías a cada una de las

De proteger, apartarse y los Planetas

Solía estar contigo cada vez que me necesitabas y eso me gustaba; me hacía sentirme útil y pensar que podría salvarte de muchas cosas: incluso de ti misma. Solía platicar contigo y al escucharte dejar escapar un consejo, alguna canción, película o algo que simplemente no sabías, me veías admirada y hasta cierto punto sabía que me veías como si yo fuera un maestro o alguien que podía ayudarte a sobrellevar la vida. Siempre me gustó esa parte de nuestra relación; sin embargo en muchas ocasiones sentía que mi presencia te hizo entrar en una zona de comfort que te evitaba enfrentar tu vida como debías hacerlo, mi protección comenzó a estorbarte y solías evitar las situaciones de conflicto en tu vida. Intenté dejar de causarte ese daño y me portaba muy impersonal, traté de hacerte tomar tus decisiones dejando de ayudarte y eso fue algo que nunca me perdonaste. Fue así que comencé a desgastarme; no me cansaba ayudarte, pero me causo conflicto pensar que dependías de mí más de lo neces

De canciones regaladas, felicidad engañosa y Blur.

Puedo recordar el momento en que te conocí, no así la primera vez que te vi, por alguna razón en una pista de baile decidí que estaba enamorado de ti y comencé un torpe cortejo que parecía más bien una plática egocéntrica. Tu mirada por otro lado, me hacía ver que aceptabas el hecho de que estuviera enamorándome de ti; aunque al mismo tiempo me hacía saber que no tenía la más absoluta razón para creerlo. Comencé a llamarte seguido e invitarte a fiestas, bares y bailes, confieso que tu risa me atrapo y tu manera frenetica de bailar me hizo pensar que existía cierta química entre nosotros y tu mirada me hacía notar que sabías que estaba enamorado; en esa época me dio por pensar mucho en ti y en relacionarte con canciones, muchas de ellas las he dejado así: relacionadas contigo. Después de una larga serie de salidas; simplemente dejamos de vernos cada que había razones para bailar, fue duro acostumbrarme a pasar algún fin de semana sin verte; pero ese tiempo nos permitió a los dos

De relaciones, caminadoras, Belle y Sebastian y Sonic Youth

Simplemente me senté en medio de la fiesta y observé a las parejas que estaban ahí y a construir historias que me pudieran definir qué es una relación. Primera: Ellos habían vivido infatuándose constantemente; siempre fue obvio que se gustaban; sin embargo en toda su historia nunca habían podido pasar de algunos besos furtivos en bares baratos y sexo en asientos traseros de coches compactos. Sin embargo, los dos sabían que pudieron haber sido muy buena pareja, simplemente las circunstancias temporales y de noviazgos necios no lo permitieron. Un buen día, él decidió que esa relación de infatuamiento no funcionaría y se dedicó a un noviazgo largo que culmino con la mudanza de su novia a su casa. Se ven constantemente y juran ser amigos, pero cada vez que están juntos; la historia que nunca pudieron concluir aflora en miradas y en la incomodidad de sus parejas actuales; me parece que él niega que alguna vez hayan tenido esa historia en común y ella espera, que de manera furtiva, se

De pláticas y el Viejo Dylan

Nos sentamos a platicar, tranquilos con café en la mano y simplemente haciendo carspotting, habíamos adaptado ese término de la película Trainspotting y lo usábamos para cada vez que decidíamos sentarnos en algunas escaleras, una banca del parque o en algún café que diera a avenidas transitadas. Comenzamos a hablar acerca de que la plática te da el verdadero enamoramiento hacía las personas, pues después de pasar el encantamiento físico lo único que queda es eso: la plática y sus diferentes caminos. Fue así que comenzamos a hablar de Bob Dylan. Decíamos que podíamos conocer a una persona al saber su disco favorito de Dylan y que era mucho más acertado que cualquier entrevista, aseveramos que las personas conservadoras se quedarían con The Freewheeling mientras que alguien que prefería el autodescubrimiento se iría por el Modern Times ; hablamos de las diferentes etapas del enamoramiento a través del Nashville Skyline , el Blood on the Tracks y el Time out of Mind . Yo te dije que

De bailes, los Bitles y covers a Cohen

La vida no eres tú , dijiste mientras yo tomaba un poco más de vino y ponía I Will de los Beatles, una canción corta que exige escucharse una y otra vez para comprender la grandeza de su letra tan simple. Vi que tu mirada estaba más atenta a mi reacción que al Jenga que jugábamos. Simplemente volteé a verte y tarareé " Will I wait a lonely lifetime?, if You want me to I will . Tu mirada reflejó incertidumbre y guardaste silencio intentado descifrar si había querido decirte algo con esa línea. La noche había iniciado con un poco de Jenga y vino tinto; cuando yo te dije lo tanto que disfrutaba estar contigo fue que dijiste tu frase. La vida no eres tú, volviste a decir enfatizando tus palabras, desesperada porqué yo comencé a hablar  del concierto de Kashmir en el que, bailando Melpomene nos habíamos conocido y en el que habíamos iniciado una serie de bailes juntos: en conciertos, fiestas o caminando por la calle. Comprendí que te desesperaba mi falta de respuesta, así que conte

Burros, ojos sin cara, y musicales.

Nunca pude distinguir tu cara; sin embargo, sentía perfectamente tu mirada fija en mí y en una ocasión pude distinguir tus ojos que parecían contar una historia que nos incluía a los dos, y por alguna razón imagine que esa historia que pensabas sería un musical. Estaba en la Burrería, tirando cacahuates al piso con un grupo de amigos; poco a poco el lugar se había convertido en uno de mis favoritos y parte de eso había sido la rockola, la única a la que le perdonaba a Billy Idol y Eyes Without a Face que no puedo escuchar en otro lugar. La canción tomó relevancia al imaginarte pensando en el musical en que tus ojos no dejaban de verme; yo simplemente tomaba mi cerveza y reía mientras mi baile comenzaba con Billy Idol, pasaba por Queen y culminaba con Joy Division, mis amigos juraban que estaba bailando para que me vieras y te acercaras, pero no era así. Yo bailaba por que estaba enamorado, estaba contento y solo; tenía un episodio maníaco que suelo confundir muy sencillamente con

Leo Dan, billar y llamadas perdidas.

La leyenda cuenta que José Emilio Pacheco solía ir a jugar a este billar ubicado en la calle de Medellín entre Chiapas y San Luis Potosí. En realidad llegar ahí para mí fue más por una necesidad de salir del encierro que el estar en una oficina representa; más allá de intentos de revivir una leyenda o de visitar lugares comunes. Un lugar no existe sin sus visitantes, y en el caso del Billaroma ellos parecían que estaban ahí desde el momento en que el lugar abrió sus puertas o incluso antes, en algunos momentos me pareció que estaban con su caja de dominó, simplemente esperando a que abriera para iniciar ese juego que a mi parecer es eterno. Las mesas de billar estaban prácticamente vacías fuera de la que ocupamos mi amigo y yo; parecía que siempre había sido y sería así. No así las mesas de dominó que estaban llenas por las personas de las que ya escribí. La nostalgia comenzó a invadirme en cuanto seleccionaron canciones de Leo Dan por el sistema de sonido y no porque haya vivido