Ir al contenido principal

Burros, ojos sin cara, y musicales.

Nunca pude distinguir tu cara; sin embargo, sentía perfectamente tu mirada fija en mí y en una ocasión pude distinguir tus ojos que parecían contar una historia que nos incluía a los dos, y por alguna razón imagine que esa historia que pensabas sería un musical.

Estaba en la Burrería, tirando cacahuates al piso con un grupo de amigos; poco a poco el lugar se había convertido en uno de mis favoritos y parte de eso había sido la rockola, la única a la que le perdonaba a Billy Idol y Eyes Without a Face que no puedo escuchar en otro lugar.

La canción tomó relevancia al imaginarte pensando en el musical en que tus ojos no dejaban de verme; yo simplemente tomaba mi cerveza y reía mientras mi baile comenzaba con Billy Idol, pasaba por Queen y culminaba con Joy Division, mis amigos juraban que estaba bailando para que me vieras y te acercaras, pero no era así.

Yo bailaba por que estaba enamorado, estaba contento y solo; tenía un episodio maníaco que suelo confundir muy sencillamente con la felicidad; así como alguna vez había confundido una mirada con un coqueteo. Había confundido disfrute con amor  y había confundido mis historias imaginarias con la realidad.


















Mientras Billy Idol se quejaba de la chica que solía amar y que le llamaba por teléfono yo usaba la canción para enmarcar tu cara de la que sólo podía enfocar tus ojos e insertar la canción en el musical que según yo tú imaginabas; no tenía ganas de indagar en tu cara o sonreírte; estaba abúlico y feliz.

Mis amigos decían de que tanto eras mi tipo, de como tu coqueteo era continuo y de la manera en la que te sabías las canciones que yo cantaba, me animaban a que te hablara y culminara lo que podría ser un buen one night stand, pero nunca pudieron sacarme de mi baile y ensimismamiento.


Yo ignoraba al mundo en ese momento, estaba más ocupado haciendo que mi baile quitara todas las cáscaras de cacahuate del piso de la burrería y pensando en mi propio musical que había comenzado con Curtis  y había terminado con Funny Litlle Frog la canción triste más alegre que había escuchado: no sabía si el sentimiento era cierto, pero esa tonada como final me hacía feliz.
 

















Regresaré la próxima semana y buscaré la cara que enmarca tus ojos: quizá podríamos iniciar otro musical; sin embargo, ahora debo disfrutar este final.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Golpea el apagador

El principal problema del Sindrome de Peter Pan, no es ese miedo a tomar decisiones maduras o el pavor a comenzar a tomar la vida en serio; no es la necesidad de tener alguien que te contenga y te haga dejar de ser inmaduro. Ni siquiera es el evitar toda responsabilidad. El principal problema es no poder dejar de perseguir tu sombra.

Si acaso, la luna

Olvidar lo que te paso no es excusa de lo que te pasa El miedo a crecer que te consume ha estado tanto contigo  Que has crecido con él. El Niño que temía habla El adolescente que temía triunfar El joven que temía ligar El adulto que teme madurar Eres todos ellos Nadie más  Eres tú Eres lo que ocultas

Casi llegando a casa

Adrián tiene miedo de que la gente lo vea no quiere que sepan que no se gusta eso le conflictúa y eso le asusta. Sueña con ojos que lo ven que sin paz lo juzgan que sin amor le roban besos que el no puede pedir que él no quiere olvidar.