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Mostrando las entradas de abril, 2020
No recuerdo bien el año, pero si uno los puntos parece ser que hablo de 1996.  Durante un gran periodo de ese año no salí de casa en una especie de cuarentena motivada por una depresión que no sabía que tenía y por mi descubrimiento de Geocities que me daba la oportunidad de pasármela escribiendo. Ese tiempo que pasé encerrado lo ocupé en escribir un poemario llamado el Vacío de la Juventud, buscando ser un homenaje a los Smashing Pumpkins pero que en realidad era un descarado plagio. El poemario era una opera rock para alguien que no tiene banda, así que en muchas partes había y se leían coros o dobles voces. En partes descaradamente copiaba a Tommy, Marillion, Pink Floyd, etc. Extrañanmente el poemario ganó un premio y el dinero lo gasté en discos.  Hoy, no se cuanto año después me descubro escribiendo un poemario de nuevo, no se si con depresión pero si con encierro y al igual que el interior son poemas que quieren ser canciones. Es una compilación de sencillos de

Probado y cierto.

Todo cambiará cuando podamos salir de casa.  Una de las cosas que debemos replantear es el papel de las aulas en la educación. Las escuelas se han dado cuenta de que el modelo de clases  es completamente arcaico y que es posible desarrollar estrategias de aprendizaje para estudiantes que no quieren estar en un aula o en un grupo. Las instituciones educativas deben ofrecer experiencias sociales y de amistad, construyendo contenidos educativos que le den sentido a cada una de estas experiencias. Sin aulas obligatorias ni grupos establecidos, generando aprendizaje individualizado enfocado a objetivos de vida. El futuro deja de tener sentido cuando se percibe la fragilidad; estudiar para vivir en un futuro incierto no tiene sentido. Es necesario educar para el presente.