Podría intentar definir cada palabra que dices, encontrarle un significado y analizar tu lenguaje corporal para descubrir que es lo que, en realidad, quieres decir. Podría intentar buscar en tu cuerpo marcas que me hablen de tu vida y de tus días, que me cuenten una historia que estás callando. Podría seguir un guión de lo que espera que hagas y preocuparme si no lo actúo como debe hacerse. Podría escucharte hablar toda la noche e inventar una historia de algo que no paso. Podría hacer mil cosas, o simplemente podría recostarte en la cama y quitarte la ropa.
El principal problema del Sindrome de Peter Pan, no es ese miedo a tomar decisiones maduras o el pavor a comenzar a tomar la vida en serio; no es la necesidad de tener alguien que te contenga y te haga dejar de ser inmaduro. Ni siquiera es el evitar toda responsabilidad. El principal problema es no poder dejar de perseguir tu sombra.
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