Ir al contenido principal

Paseando

Nos quedamos de ver en el parque, en la fuente donde solíamos tomar café y fumar a la menor provocación. Teníamos mucho sin vernos y la verdad hoy te ves bastante guapa, aunque nunca me gustaste; nos abrazamos y te sentaste a platicar, recordando que alguna vez fuimos amigos.


De repente la luz reflejo en tu ojo y el color que tomó fue muy interesante, en ese momento me di cuenta de cosas que no te había dicho y reaccione. Me levante, me puse frente a ti y golpeé tu cara; lo seguí haciendo hasta verte sangrar, parece que al primer puñetazo comprendiste que hay cosas en las que me podrías ayudar.


Y mientras te golpeaba pensé en todas las veces que pedí tu ayuda con palabras, con gestos, con gritos; directa e indirectamente y tu nunca estuviste dispuesta a ayudarme. Pedí tu ayuda con palabras y no la recibí, quizá pedirla con golpes sea mejor.

Y resulto, en ese momento comprendiste todas las cosas que debías haber hecho o dicho, en ese momento comprendiste que yo sólo necesitaba dos palabras y una acción, pero era demasiado tarde. Golpearte me hizo odiarte.


Y me despedí con la idea de no volverte a ver, aunque sabíamos que lo volveríamos a hacer, tenía que irme temprano a ver a un amigo que hacía mucho no veía. Troné los huesos de mis dedos, y fui decidido a verlo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Golpea el apagador

El principal problema del Sindrome de Peter Pan, no es ese miedo a tomar decisiones maduras o el pavor a comenzar a tomar la vida en serio; no es la necesidad de tener alguien que te contenga y te haga dejar de ser inmaduro. Ni siquiera es el evitar toda responsabilidad. El principal problema es no poder dejar de perseguir tu sombra.

Si acaso, la luna

Olvidar lo que te paso no es excusa de lo que te pasa El miedo a crecer que te consume ha estado tanto contigo  Que has crecido con él. El Niño que temía habla El adolescente que temía triunfar El joven que temía ligar El adulto que teme madurar Eres todos ellos Nadie más  Eres tú Eres lo que ocultas